Gratitud

Gratitud, ánimo, fatiga y alabanza son las cuatro palabras con las que el Papa Francisco nos interpela a la vida consagrada en esta Jornada Mundial de oración por las Vocaciones.
Palabras que hoy quiero llevar a mi vida y redescubrir cómo las estoy viviendo.
Cada día es una nueva oportunidad para agradecer a Dios el don de la vida, de la vocación, para vivir con gratitud su llamada a formar parte de esta pequeña/gran familia en la que puedo entregar y aportar lo que El generosamente ha puesto en mí para hacerme entrega oblativa. Llamada a vivir con ánimo, con entusiasmo, a realizar con alegría la misión encomendada al estilo de la Madre Juana María, acogiendo, acompañando y alentando el caminar de tantas mujeres que, a veces, van desorientadas y sin rumbo.
El compromiso adquirido con Dios a veces lleva intrínseca la fatiga, nos dice el Papa, debido a que tendemos a confiar más en nuestras fuerzas que a dejarnos llevar, conducir, guiar por El; abandonarme en los brazos de Dios y dejar que El meza con ternura mi vida es quizás lo más difícil y lo más necesario, pues sólo desde ese dejar que sea El en mí, sólo desde el Hágase, podré responder en plenitud a la vocación para la que El me ha elegido, hacer de mi vida un canto de alabanza y ser bálsamo que restañe las heridas de quienes comparten conmigo su vivir.
Seguir a Jesús para mí es adentrarme en una apasionante aventura en la que la alegría de vivir desde Dios empaña todas las incertidumbres; y en la que la brisa suave del Espíritu va colmando mi alma de gozo…
Y tú, ¿te decides a vivir esta aventura?

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