¡Velad! es la invitación apremiante que nos hace hoy Jesús. ¡Velad! es también una palabra que define al Adviento.
Y velad es un imperativo actual para preservar la salud.
Sí. Parece que el permanecer en vela, alertas, de alguna manera esté hoy de moda. Pero tal vez tendríamos que preguntarnos por qué velamos o por qué estamos alerta, qué vigilamos o de qué nos distanciamos… En fin, tal vez velamos porque tenemos miedo.
Sí. Quizás el miedo al Covid-19, a perder la salud física, nos esté llevando a deshumanizar las relaciones, a romper los lazos de cercanía, amistad, acogida, escucha, diálogo… con quienes a diario nos relacionamos.
Quizás preservar la salud se esté convirtiendo en el centro de nuestra vida cotidiana y restando espacios a esos momentos mágicos de encuentro con el Otro y con los otros, a esos momentos que realmente nos dan ‘salud’ porque nos conectan con nuestro centro más recóndito y nos hacen vibrar de verdad por algo o Alguien importante para nosotros.
Quizás la invitación de Jesús en este adviento sea velar por no perder el horizonte de nuestra existencia, velar por ‘cuidar’ a los otros a través de unas relaciones más ‘cercanas’ (sin saltarnos las normas sanitarias), velar por descubrir en las estrellas que alumbran la noche la Estrella que nos llevará hasta El…
¡Feliz Adviento! Sigue velando por mí, como yo velo por ti…